En este mundo hay dos tipos de personas: los que pueden darse el lujo de pronunciar la frase "en este mundo hay dos tipos de personas" sin correr el riesgo de quedar como verdaderos estúpidos, y los que están condenados a todo lo contrario. Para variar me encuentro en el tipo b, por eso nunca uso tan buena frase más allá de la ironía, porque respeto mucho a los del tipo a. Para ser del tipo a se debe ser gente muy bragada, muy bien puesta en el oficio de conocer a los hombres, y de preferencia tener el semblante, el poncho y el sombrero de Clint Eatswood en el bueno, el malo y el feo. Si usted no cuenta con esto y se atreve a decir esa frase, resígnese a quedar como un simple y vulgar pelotudo pajaronalgón.
El caso es que creo que en este mundo no hay dos, sino tres tipos de personas: los iluminados que se precian de saber de literatura -incluso a veces en realidad saben- y desfilan exhibiendo su escandaloso plumaje por la vida; los que no han olvidado que ante todo la lectura y el disfrute de la literatura es la actividad lúdica por antonomasia; y los que viven bien sin pensar en cuestiones tan imbéciles como ésta. Entre la gente de los tres tipos que conozco, creo que sólo una vez le he escuchado decir a alguien que disfrutaba con una novela de Pérez-Reverte. Pareciera ser que las divinas garzas ilustradas consideraran las novelas de este flaco como un objeto menor, sin arte, literatura muy alfaguara -aunque pudieran ser lectores de closet de este autor- y por ello indigna de sus profundas cavilaciones, lo que al Reverte, me gusta imaginar, debe llenarle de tranquilidad. Supongo que los y las que viven sin llenarse de pajas sobre libros, difícilmente les importará de qué hablo, pero apuesto que si les contara alguna de sus tramas les encantaría. En cambio, a los que son lectores por el puro gusto nomás, pa darle hilacha al vuelo de la imaginación, las novelas del Arturo tal constituyen siempre un placer, como una buena tarde de tragos, un gol del triunfo o alguna vaina por el estilo.
Al tal Pérez se le da lo más de bien el difícil arte de contar historias, y se las sabe de piratas, libreros, ajedrecistas, coleccionistas de arte o espadachines de la vieja guardia. Por eso da gusto leerlo, porque el tipo no ha olvidado el valor que tiene una buena historia y la gracia que es necesaria pa contarla, con el ritmo y el tono idóneo, imprimiéndole a la mujer misteriosa el cabello más hermoso, el sonido seco a los golpes en las peleas de tugurio y la belleza a los cuentos de fracaso. Así que en medio de esta tarde, en que le di de palos a una tesis que jamás terminará por ser decente, me rendí y acudí a husmear consuelo en las cajas. En una de Ariel encontré "La carta esférica", que quise leer desde hace años y que olvidé cuándo compré. De un manotazo me espanté el bicho del remordimiento de "perder" el tiempo en "novelitas" y me tiré a fondo, como en los viejos buenos tiempos, con nescafé frío y cigarrito, a encontrarme con este flaco al que tenía rato de no visitar. Claro, como suele suceder con este buen conversador, y con un escucha que viene pensando mucho en viajes fallidos y corazones ligeros de equipaje, bastó que me contara un par de líneas de la historia de un marinero condenado a tierra, para que me sintiese de nuevo en casa, en una casa.
Entonces él todavía miraba determinadas cosas desde lejos, o desde afuera [...] Pero ahora con la certeza, más próxima al alivio que a la decepción, de que ninguna de aquellas inquietantes maravillas le estaba destinada. En su caso, saberse fuera del circuito, conocer la ausencia de su nombre en la lista de los Reyes Magos, lo tranquilizaba. Era bueno no esperar nada de la gente, y que la bolsa de viaje fuese lo bastante ligera como para echársela al hombro y caminar hasta el puerto más próximo sin lamentar lo que se dejaba atrás. Bienvenidos a bordo.
Mi querido Danilo, vengo a decirte que no he leído a Reverte y que cambió el dominio de mi bloC, ahora es http://abigarradapulula.blogspot.com/ y ya sabes, lo mismo pero más barato.
ResponderEliminarel Pérez te gustaría, lo sospecho.
ResponderEliminarchido el depita nuevo y no le ande haciendo más a la desaparecida. abrazo ga