He pasado el día escuchando el incesante tintinear de la cortina de lluvia que me envuelve, maravillado porque no recuerdo otro día en que haya llovido sin cesar un sólo instante. Esta noche no hay palabras, ni buenas ni malas, sólo el rostro de Isabel, la melancolía que le imagino en los ojos mientras veía llover en Macondo, y Frank Sinatra, que poco antes de las tres de la mañana se ha inmiscuido en la programación de la estación cantando I've got you under my skin. Que curiosas maneras encuentras para mandar abrazos Natalia, yo también te llevo aquí. Gracias por venir.
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