Cabezas más, cabezas menos, en esta ciudad diariamente chocan, se insultan, se sonríen, se funden en el metro, se ven las espaldas en la cola de las tortillas y las nucas en los micros, cerca de 25 o 27 millones de personas, y cuando uno sale a la calle parece que es sólo en el mundo. Claro, nada hay de particular en eso pues todos los centros urbanos, cuando dejan de ser veinte casas apostadas a la vera de una calle larga, son presa de la misma maldición. ¿Maldición? bueno, a ratos también es privilegio, cuando escapas a la comidilla local. El caso es que hoy, al patear calles y calles, me he sentido como si fuera Bruce Willis en sexto sentido, pero sin el chavito freak que me interpele. Me he sentido perdido, como un quinto en día de permiso y errante como un taxi por el desierto, diría Joaquinito, que de esto y de todo lo demás sabe tanto.
Pero el asunto no reside en la ciudad en sí, ni en la gente que deambula en ella; el asunto está en uno mismo. El síndrome Bruce Willis está, según han arrojado las investigaciones en genética, inserto en el par 2312 del adn y por ello nadie está exento. Es un bicho que aparece en nosotros antes que el instinto, antes que las manías, aunque lo vengamos a descubrir más tarde. Lo empezamos a notar cuando, siendo unos chamacos caguengues, nadie nos escoje para el equipo de fut, cuando en la secundaria la niña a la que no te cansas de mirar ni se entera que existes, cuando en las reuniones familiares no tienes tema con ninguno, y se viene a acentuar cuando, un día cualquiera, sales a patear calles sin ton ni son, por más que disimules contar con un plan y un horario.
El síndrome B.W. está libre de categorizaciones, ni bueno ni malo, simplemente es y está en nosotros mismos y son las circunstancias las que lo pintan de un modo u otro. Perdidos en la madrugada o sentados en un corro merendando besos y porros, el síndrome está ahí. Por eso, de alguna manera y en más de un sentido, nunca dejamos de estar un poco solos.
vaya...
ResponderEliminarasí que ese es el nombre técnico?
quién diría que un estado de ánime tan característico de los pusilánimes, afrancesados, estudiosos de ciencias sociales, humanidades y ciencias del espíritu, primogénitos, platónicos y demás tipos de gente refinada pudiera llevar el nombre de una persona tan radicalmente contraria al síndrome???
las ironías de la vida
Increíble que tú no tuvieras blog. Nos estábamos perdiendo de escritura, ergo de tu intimidad. Creo que nunca te hubiera imaginado pensando así. Vaya, todos los días se aprende algo de la persona que, afortunadamente, nunca deja de sorprenderte.
ResponderEliminarGracias
por cierto, me gusta el título de la etiqueta "a perder el partido sin tocar el balón"
ResponderEliminarÓigame usteeeeeed ¡pero si tiene blog! ya tendré que echarme unas leídas pendientes Ireneo Morris :D
ResponderEliminarGracias por visitarme, no sé en qué momento crucé el umbral, pero sí que me afectó gacho, diríase, jajaja
Yo aquí dando el rol por estos ciberlares, ¿ya se tomó su choco listo?
ResponderEliminarJajajaja!
Me la pasé muy bien, gracias por su hospitalidad (agradecimiento extensivo a Araceli que lo acompaña)
Nos vemos, espero pronto!
Estimado Sr. Tijuana,
ResponderEliminartengo una queja acerca de este bloC: desde ayer en la noche en mis actualizaciones aparece algo con el título de Divertimentos de un hombre solo. ¿Qué hice? dar click inmediatamente y esperar leer qué sucede en sto. domingo mientras Are está lejos y ¿qué es lo que encuentro?
¡una ciberpromesa incumplida!!!
Tsssssssss!!!!!!!!!!!!!
En fin, dejare que esto pase por alto solamente porque entré al bloC y al Hi de la carrera de melones (¡ÓRALE, SI EXISTE!)
Cuídese, un abrazo!
perdona ga, es que me he peleado con detalles técnicos de ese post, pero sube a la brevedad para que veas la vida soltera en la santocho
ResponderEliminarPero claro que existe la Carrera de Melones... ahora también estamos en feisbuc... el 15 de septiembre será la quinta carrera, todos invitados están...
ResponderEliminarSaludos, buen blog