martes, 28 de abril de 2009

post en cautiverio (¡joder!)

Cuando el viernes pasado Cude me despertó con la noticia de que se habían suspendido en el Distrito Federal las clases a todos los niveles, pensé carajo, por fin el panismo logró robarnos la educación pública. Días después, el domingo por la mañana, al leer que se suspendían los oficios religiosos, de inmediato me vino un nombre a la cabeza: ¡Plutarco Elías Calles está detrás de todo esto! ¡A las armas! ¡Viva Cristo Rey! ¡Recuperaremos Tierra Santa de las garras del turco impío! Y ya planeaba como organizar mis gavillas en los altos del Ajusco cuando recordé que detesto a los cristeros. El caso es que esto de la epidemia y el confinamiento lo trastoca todo.


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Imagen del hombre sólo a cuatro días de vivir bajo emergencia epidémica: sin el consuelo de por lo menos olisquear la calle, aún cuando vagando se sintiera con frecuencia víctima del síndrome vulgarmente conocido como de B. Willis, el hombre solo ha quedado confinado a su apartamento, convirtiéndose en un anacoreta. El miedo, no el que le producen las series de los ochentas, sino el del contagio, lo ha reducido a un tipo de barba rala y cabello revuelto, con cajas de klenex en los pies y una cumbancha de treinta centímetros en la que piensa escapar. “Sí se acaba el mundo me voy pa’ Mérida”. Sabiduría popular.



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¿Recuerda el lector esa escena de El Abogado del diablo en la que Keanu Reves sale a la calle y la encuentra jodidamente desierta, sin persona, perro callejero o automóvil que perturbe la total inmovilidad del paisaje? De algún modo, las fotos de los diarios dan esa impresión. La sensación de vacío es tal vez lo más extraño de la epidemia. Reforma vacía, plazas comerciales desiertas, cines cerrados, la ciudad es un pueblo fantasma. Parece ser que, de repente, alguien encendió la luz y todos corrimos a escondernos en nuestras madrigueras.
¿Será la fuerza de las recomendaciones médicas que dictan aislamiento en la mayor medida posible? ¿Será que la ciudadanía está actuando responsablemente? ¿O será acaso el miedo al contagio? La palabra más repetida en los medios de comunicación es influenza, pero el verdadero nombre de esta epidemia es miedo: comenzamos a vivir con miedo a salir sin tapabocas, a tocar la mesa de un café o el pasamanos del metro, a tocarnos los ojos o sacarnos un moco, pero sobre todo tememos al otro, al pobre tipo alérgico al polvo que ha pasado a nuestro lado y no ha podido ahogar el estornudo, lo que lo delata como un peligro potencial. Recomendación médica: guardar 1.80 m de distancia entre transeúntes o, si es posible, viajar en una esfera de hámster gigante.

El miedo es el verdadero bicho que viaja veloz en el viento a todos los confines. En los foros de El Universal, un azorado acapulqueño se queja de las hordas de chilangos que, matando dos pájaros de un tiro, escapan de la ratonera y se toman su semana santa desfasada. “No vengan, por favor. No traigan la enfermedad”. Si de por sí esa rara avis conocida como chilango es, generalmente, persona non grata más allá de Tlalnepantla, no creo que esto contribuya mucho a ganar simpatías.


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En 1892 entró en vigor el Reglamento del Consejo Superior de Salubridad, primer documento de esa índole promulgado en el México independiente. Entre otras cosas, el reglamento dotaba a los inspectores sanitarios y médicos higienistas con la facultad de entrar a cualquier morada donde pudiese estar algún enfermo, esto como una medida necesaria para combatir las numerosas y frecuentes epidemias que barrían la ciudad periódicamente, entre ellas de tifo, tuberculosis, cólera e influenza. Como era de esperarse en una sociedad marcada a fuego por un profundo clasismo, los hogares más perseguidos no eran los de la Condesa o la Roma, sino los caseríos miserables donde los pobres rumiaban su desgracia. Afortunadamente, ahora que el Lic. Calderón (al que algunos resentidos sociales denominan espurio y pelele y también culero) aprueba la misma medida, las condiciones sociales que había en el porfiriato han cambiado totalmente, ¿o no?


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Por una vez en la vida, los historiadores de archivo nos sentimos personas normales: la moda primavera verano es el cubrebocas, lo que nos hace unos visionarios del glamour. Hay diversos modelitos: el modelo cuatrero o el estilo robabancos; el mío cuenta con un distorsionador de voz integrado, que me hace sentir Darth Vader: “Lucke, I´m your father”.

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La pregunta del día la escucho con López Dóriga: ¿mi perrito me puede contagiar de influenza?


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La buena: se conoce el código de la cepa de la llamada influenza porcina o influenza chilanga, lo que permitirá desarrollar una vacuna para el otoño, cuando venga la segunda oleada de la epidemia. La mala: la vacuna se desarrollará en los laboratorios del primer mundo, distribuyéndose, como es lógico, entre la población de aquellas naciones. El consuelo: los y las grandes hombres y mujeres de nuestras élites podrán pagar por ella, los demás a lavarnos las manos (los afortunados que tengan agua).


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Epidemia, temblor de 5.8 grados... ¡O señor, detén tu ira, yo no voté por el pan!


...sólo me faltaba ya tener un aborto


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Por si las desgracias fueran pocas, otro golpe al alma nacional:
Redacción El Universal Ciudad de México Martes 28 de abril de 2009 00:32 El conductor y cantante Luis Armando, también conocido como Paolo Botti, presenta desde el pasado viernes síntomas relacionados con la
influenza, por lo que acudió este lunes a realizarse algunos estudios. Daniel Bisogno, conductor de Ventaneando, dijo que había un 80% de posibilidades de que Botti estuviera contagiado, pero aún no se sabe si de influenza estacional o porcina.

8 comentarios:

  1. Guauuu!!!
    Qué post!!!
    Realmente superaste mis expectativas. Cuando te dije el domingo que escribieras de la epidemia, no pensè que te saliera tan chévere. Con este tipo de entrada, hasta te perdono que no me escribas. Sigue cultivando la intelectualidá amor, que la epidemia no te atrofie la mente, como aquellas estampas ochenteras de las que habló Mariana...
    Besos melancólicos

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  2. Lo volví a leer, de verdad es sensacional... Y creo que la primera señal de la peste (cuando llegó la sensación de sentirnos apestados) fue que el D.F fuera la primera ciudad en aplicar la ley antitabaco. Allí empezó todo. Ahora estamos siendo castigados por eso, por eso y por ser la ciudad más progresista. Yo creo que el panismo sì está detrás de todo esto.
    Y gracias por la cápsula informativa de cómo Marín le pegó el bicho a un cerdo, que enfermó de desolaciòn después de que la Suprema Corte invalidó el caso. Después de eso Calderòn declararìa que no fue violado, que muriò de fiebre porcina. Ahora entiendo todo...

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  3. Encontré una prueba contundente de que la untraderecha está detrás de todo esto, mira:

    "No cabe duda que los chilangos son una clase aparte.... La mayor parte de los humanos acudimos a Dios para pedir protección y nos aleje de los peligros y se supone que si van a ir a la iglesia muchas personas es precisamente a eso, a pedirle a Dios protección, pero si vemos las noticias hasta las misas suspendieron en el DF, si las personas van sería en lo individual. Afortunadamente en provincia aún creemos en un Ser Superior. ¿ recuerdan Sodoma y Gomorra ? ¿ no es mucha coincidencia que precisamente cuando celebran con bombo y platillo la matanza de 36 mil niños con el aborto surge esta epidemia?"

    Quéeeee tal!!!!???
    No mames, no mames... increíble. Para variar, de Guadalajara el tipo, si quieres unirte a los cristeros, contàctalo. lo saquè del universal: http://www.eluniversal.com.mx/notas/593967.html

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  4. Jei

    creo que eres un mentiroso
    en realidad, todo esto es un plan de los historiadores de las epidemias para no quedarse sin chamba en los próximos años
    cómo te explicas que sepan tanto y usen tapabocas constantemente

    son seres perversos
    probablemente resentidos porque cuando usan tapabocas se les empañan los lentes
    jojojojo

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  5. es gracioso. si el tesista no va al trabajo de campo, el campo viene a él y lo acorrala en casa

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  6. Camareid!!

    Fenomenal! no paro de reir con tu imagen del hombre en cautiverio. Atroz el comentario que rescató Are (chale con la banda de un milímetro de criterio.. eso del aborto ya no da risa cuando lo mencionan tanto).
    Es un gran gran GRAN post. Mis felicitaciones.. haces más sencillo el cautiverio

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  7. Desde las enfermas y solitarias calles de la hermana republica de Lerma le mando un saludo, acabo de encontrar su blog, querido camarada y es una grata sorpresa. La peor epidemia, coincido con usted, es aquella que se encuentra en la mente. Un abrazo y gracias por hacer que la tarde sea más llevadera hasta que den las 8 y poder ver los simpson... Chau

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